El Instituto de Historia de Simancas cumple 30 años. Su primera directora y cofundadora junto con Teófanes Egido, Ángel García y Luis A, Ribot, María Isabel del Val, y su sucesor, Adolfo Carrasco, comparten una visión positiva sobre el futuro de la institución, nos cuentan cuál es el origen de este proyecto y su experiencia en el cargo de dirección.
P: María Isabel del Val en 1988, junto con tus compañeros Teófanes Egido, Ángel García y Luis A, Ribot decidisteis fundar el Instituto Universitario de Historia de Simancas ¿Cómo surgió la idea de crearlo?
R: Era el momento en el que en la Universidad española se contemplaba la posibilidad de crear Institutos de Investigación, algo diferente a los Departamentos. En ese marco, los cuatro estábamos de acuerdo en que la colaboración, el trabajo colaborativo e interdisciplinar de los historiadores de la Universidad de Valladolid dinamizaría nuestra disciplina y favorecería el resultado de nuestra investigación. Es decir partimos de la idea de los beneficios potenciales que la transversalidad podía aportar a la investigación en la campo de la Historia. Eso nos animó a proponer, en el marco de la nueva ley de universidades, la creación de un Instituto de Investigación que integrara a todos los historiadores de la Uva que quisieran participar.
P: ¿Cuáles fueron los principales apoyos que tuvisteis para poner en marcha este gran proyecto?
Desde el primer momento la idea fue muy bien acogida en la Universidad de Valladolid. Los compañeros de los diferentes Departamentos de Historia nos apoyaron, lo mismo que la Facultad de Filosofía y Letras y el Rectorado.
P: ¿Cuál fue el mayor reto al que tuvisteis que enfrentaros?
R: Romper con la dinámica tradicional del trabajo individual y circunscrito a la propia área de conocimiento, iniciar ese nuevo camino que suponía el trabajo con investigadores de temáticas, enfoques y cronologías diferentes. Algo que resultó muy fructífero para todos. También el ser de los primeros en proponer la creación de un Instituto de Investigación, y hacerlo en un área de Humanidades.
P: Desde 2008 y hasta 2017 fue la directora del Instituto ¿Cuál diría que fue el momento más relevante para usted en esta etapa? ¿hubo muchas dificultades?
R: Podría decir que el momento de obtener la acreditación favorable por la Agencia de Calidad, algo que se realiza cada cuatro años y que es imprescindible para seguir existiendo. Pero yo creo que el momento más relevante fue la concesión del Premio del Consejo Social. Preparamos toda la documentación necesaria con mucho entusiasmo Hilario Casado, Secretario Académico del Instituto y yo misma, con la colaboración imprescindible de Mercedes Sebastián y la presentamos con mucha ilusión. Fue una enorme satisfacción recibir la noticia de que el Instituto había ganado el premio, porque era el reconocimiento a una labor colectiva de todos sus miembros desde el momento de la fundación, porque suponía un refuerzo necesario a nuestra labor y porque nos daba fuerza y ánimo para seguir adelante. En cuanto a las dificultades, no encontré ninguna relevante.
P: Tras todo este tiempo ¿tiene usted una visión de futuro positiva para el Instituto? ¿Cambiaría algo del mismo?
R: A lo largo de su existencia el Instituto ha ido adaptándose a las cambiantes circunstancias de la universidad y la investigación. Ha sabido responder a los retos que la sociedad y la comunidad científica han ido marcando en cada momento. En este momento está demostrando que sin abandonar sus raíces y la investigación puntera en el campo de la Historia sabe también adaptarse a los retos de la sociedad de la información y las nuevas tecnologías. Mi visión al respecto es, por lo tanto, altamente positiva.
Adolfo Carrasco, el actual director del Instituto y sucesor de María Isabel del Val, también nos habla sobre su experiencia en el cargo, la labor de la institución y las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse desde que está en el puesto.
P: Usted es el actual director del Instituto de Historia de Simancas ¿Qué expectativas tenía cuando llegó al cargo?
R: Muchas, y también mucha ilusión. Para los historiadores de diversas especialidades, el Instituto Simancas ha sido siempre un punto de referencia en la investigación, reconocido como tal dentro y fuera de España. Desde el principio, me marqué el objetivo de mantener este prestigio y potenciarlo. Ahora, que cumplimos tres décadas de existencia, creo que nos podemos enorgullecer de lo que hemos conseguido entre todos y, sobre todo, de las expectativas de futuro que tenemos.
P: ¿Cómo definiría la labor de este Instituto?
R: El Instituto persigue tres grandes objetivos. El primero es dar cauce y apoyar las investigaciones de nuestros miembros y equipos de investigación, y favorecer la proyección de los resultados que se van obteniendo. Asimismo, impartimos docencia de postgrado de alta calidad, en particular el único Máster en Investigación en Historia de la Universidad de Valladolid, y un Doctorado, ambos de carácter Interuniversitario en colaboración con la Universidad del País Vasco. Como complemento de los estudios de tercer ciclo, organizamos seminarios, ciclos de conferencias y reuniones científicas, por la que pasan todos los años especialistas nacionales y extranjeros y que sirven también como plataforma de intercambio de conocimiento entre nuestros investigadores y la comunidad académica. En tercer lugar, el Instituto está comprometido con la difusión a la sociedad de los avances del conocimiento. Como centro público, asumimos nuestra responsabilidad con la ciudadanía promoviendo actividades abiertas a la población de Valladolid y que inciden en el mejor conocimiento, la conservación y la divulgación de nuestro patrimonio histórico-artístico. En este sentido quiero destacar la estrecha colaboración que mantenemos desde hace tiempo con el Ayuntamiento de Valladolid, mediante un convenio de colaboración para desarrollar actividades culturales, divulgativas y publicaciones.
P: Su predecesora Mª Isabel del Val estuvo al frente entre 2008 y 2017 ¿Cambiaría usted algo de lo que se hizo durante ese tiempo?
R: La etapa en la que la profesora Del Val dirigió el Instituto fue muy fructífera, como lo han sido las labores de todos los directores precedentes y los secretarios académicos precedentes a lo largo de treinta años de funcionamiento. Tenga en cuenta que la dirección es un servicio que temporalmente los investigadores dedicamos a la gestión y a la coordinación. Gracias a los esfuerzos de los colegas que me han precedido el Instituto se ha consolidado en la Universidad de Valladolid y en el mundo académico español e internacional. Quiero aprovechar esta oportunidad para reconocer la magnífica labor de los anteriores directores y secretarios académicos.
P: ¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la que se ha enfrentado hasta ahora como director?
R: Las dificultades siempre son las mismas para instituciones de esta naturaleza. Debería haber más flexibilidad burocrática para desarrollar los proyectos, y sobre todo para poder contratar investigadores directamente; ello nos permitiría atraer a especialistas en formación y de prestigio cuya estancia sería muy beneficiosa para nuestros propios investigadores. Otra queja antigua se refiere al presupuesto que nos adjudica la Universidad, porque siempre es menor de lo que desearíamos. Intentamos paliar esta limitación de fondos gracias al esfuerzo de nuestros equipos de investigación, que captan recursos a través de las subvenciones conseguidas de instituciones regionales y nacionales para sus propios proyectos; y también disponemos de la colaboración económica del Ayuntamiento de Valladolid para actividades relacionadas con el pasado histórico-artístico de la ciudad. Quiero subrayar que la Universidad de Valladolid en su conjunto se beneficia de la captación de recursos que realiza este Instituto, una actividad de búsqueda de aportaciones que hacemos todos los Institutos de Investigación de la UVA.
P: ¿Qué planes de futuro tiene para el Instituto?
R: Los tres grandes objetivos a medio plazo son: seguir mejorando como estructura de apoyo a la investigación, potenciar la internacionalización y mantener la calidad en nuestra docencia de postgrado, el Máster y el Doctorado. Junto con ello, queremos continuar apoyando a nuestros grupos de investigación para que acudan a las convocatorias regionales, nacionales e internacionales de proyectos de investigación. A corto plazo, creo que debemos consolidar algunas de las novedades que hemos puesto en marcha últimamente. En particular, el Laboratorio de Comunicación, encargado de gestionar nuestra nueva página web (historiasimancas.uva.es), la presencia en redes sociales y académicas, y la difusión de contenidos audiovisuales y noticias en prensa cultural y universitaria. Asimismo, queremos seguir ampliando la plantilla de investigadores, con la incorporación, como ya ha ocurrido en los últimos años, de especialistas de áreas de investigación muy diversas que tengan relación con la Historia. También queremos dar continuidad anual al Curso de Especialización en Paleografía y Archivos, cuya primera edición fue un éxito. En general, aspiramos a profundizar en esos tres objetivos que nos definen: investigación, formación de alta calidad y divulgación del conocimiento.